sábado, 20 de octubre de 2012


Me culpaba por aun extrañarte, aun no son 3 meses desde que te marchaste… pensé que había pasado más tiempo, debe ser por cuanto te extraño.
Si, aun te extraño, y te extrañaré mucho más.
Cuando la casa queda en silencio, aun creo oírte  tus patitas rascando alguna cosa…y me entristece recordar que ya no estás. Extraño oírte por las noches, sentir que estas conmigo, que no estoy sola. O cuando nadie esta en la casa… sobre todo de noche, asumir que ya no estas ahí conmigo, para jugar las dos solitas.

Mi pequeña…

Momentos para no olvidar.




Al fin tenemos un lugar donde realizar un proyecto, nos calma un poco esto, pero el tema del tiempo aun nos preocupa. El lugar en el que realizaremos nuestro trabajo es bastante particular. Es un centro de Equinoterapia, Equus. En este lugar tienen 4 caballos donde brindan terapia a niños que llegan pagando por esta, y otros que pueden acceder a becas. Es una organización sin fines de lucro, se moviliza a partir de voluntarios, uno que otro especialista el cual recibe una pequeña suma de dinero, y bueno, la Directora de este centro, quien lo fundo y cumple diversas funciones dentro de este centro sobre todo como especialista en el tema de la terapia y los caballos. Con estos datos creo que uno podría empezar a imaginar que no es una organización con una estructura muy común, y es que en realidad, tiene una particular forma de funcionar…
El primer día que llegue al lugar fue con el interés de Voluntaria, con el interés de ayudar a niños en su rehabilitación, de la mano aprender experiencia como psicóloga, y una razón más de corazón, aprender cosas que puedan ayudar a mi hermanito de 7 años que tiene autismo. Me encantó el lugar, la buena onda de los voluntarios, la interacción con los caballos, decidí volver a ir a pesar de que asumo que me provocaron un poco de miedo los caballos, por más que intente acercarme no pude, transmitían una energía tan fuerte… nunca había estado cerca de un animal tan grande. Para la siguiente vez, llegue con mi compañera, con la idea de poner en practica un proyecto, en esta ocasión conocí a la directora; abiertamente aceptaron nuestra propuesta de que presentáramos algún proyecto que contribuyera en el bienestar de los niños. Lo armamos y enviamos a la Directora.
En nuestra siguiente visita (no me había dado cuenta, que en realidad he ido bastantes veces a este lugar) y aun sin respuesta de lo que habíamos enviado, la terapia de ese día se había suspendido, por lo que ayudamos a una de las encargadas con el trabajo de los caballos. Creo que ese será un día que difícilmente olvidaré, en frente el miedo que las veces anteriores me causaron los caballos, y me ofrecí simplemente a ayudar a la encargada. Me pidió que llevará del picadero, si mal no recuerdo así se llama el lugar donde se encontraban los caballos, a Mara, una hermosa yegua con la que trabajan, a su corral, en el momento en que tome las riendas, sentí la fuerza de ella y mi corazón casi se escapo no pude evitar imaginar que podría salir disparada hacía algún lado. La encargada me indico que saliera del lugar con ella, pero uno de los otros caballos quería salir pegado a Mara y se dedico a seguirnos, con mi corazón a mil por hora, tuve que dar vueltas con Mara por el lugar, esperando a que el caballo se tranquilizará y poder salir solo las dos. Cuando por fin lo logramos, me dirigí a su corral, sentía como tiraba de las riendas imponiendo su fuerza, y si, mi corazón aun quería escapar. Entre al corral sin saber ni como llegue ahí, y la encargada cerro, y me pidió que le sacará las riendas... llena de miedo lo hice, pensando que a lo mejor me mordería o nose… pero solo me miraba Mara fijo mientras lo hacía, cuando me corrí para ir a pasárselas a la encargada, como una niña pequeña empezó a quejarse, tenía hambre; me trajeron un balde con avena y se lo eche en el lugar donde va su comida, feliz se puso a comer, me quede aun lado de ella limpiando los restos de avena del balde y me empujo con su hocico para que me corriera, mi corazón aun latía a mil por hora, pero después de eso, me di cuenta que era un animal, que difícilmente me haría daño, porque sí. Seguido de eso, la encargada me pidió que si la podía rasquetear, y la ayude. Creo que con eso ya le perdí en gran parte el miedo, más aun cuando empecé a conversarle, como lo hago con cualquier otro animal, recordando que sienten igual que nosotros.
Me es inevitable entrar en detalles respecto a esto, y es que de verdad será un momento que difícilmente olvidaré. Un momento que creo que provoca esa alegría cada vez que voy a ese lugar. Es algo que en verdad, no se puede explicar.
Creo que al día siguiente de ese, ya no recuerdo bien, viví otra experiencia que rescato. Llegue al lugar y vi a la encargada con una niña, me alegre porque al fin conocería a una de las pequeñas que monta en las terapias, me acerque despacito a ella, y de inmediato me hablo, me dijo “ la alana se tiene que ir, la alana se fue” de una manera tan dulce, no comprendí de que hablaba. En eso la encargada me la presento y me dijo, “ella es alana” y en eso, salió corriendo. Al rato, en un rincón la encontré solita y me acerque, me tomo de las manos de manera un poco brusca y me dijo “la alana no esta, se tiene que ir .. (hizo un gesto con sus manos, como un mago) la alana se fue, no esta” y me quedo mirando muy cerca, demasiado cerca con una mirada tan tierna. Ahí comprendí que todo indicaba que Alana gustaba de realizar trucos de magia, y no me equivoque, al rato después por un momento me convirtió en sirena, luego en un hada con pequeñas alitas y así… ¿En que momento deje de ser una niña? ¿En que momento me aliene al mundo de los fomes y aburridos adultos? No lo se.
Alana se fue a una de sus terapias con la Psicopedagoga y yo me quede viendo en que podía ayudar con los caballos. En eso, llego la Directora del centro, la Señora Paola, y empezó a distribuir las funciones dentro de la terapia, antes de empezar pregunto quien se podía quedar con Alana, a lo que nadie respondió. Y es que sinceramente, de manera muy atenta observe como la mayoría de las voluntarias (por no decir todas) se incomodaban por como era Alana, por esa forma invasiva de tratarte, ella no sabe eso de “espacio personal”, te habla muy de cerca, y salta de una fantasía a otra, que sobre todo en un principio, cuesta seguir. Acepte estar con Alana, me gustan los niños, quiero aprender de pequeños así y algo me dijo que sería entretenido. La Directora me llevo a una sala y me paso unos juegos, me pregunto si sabía lo que era trabajar con cartelera, y le conteste que si, me dijo que a las 3 Alana se desocupaba y ahí debía quedarme con ella. Durante el tiempo que me quedaba estuve dando vuelta entre las voluntarias, ahí me enteré que Alana era la hija de la Directora, la razón por la cual crearon Equus, que había nacido con lisocefalia y que en realidad, no le habían pronosticado más de 6 meses de vida… actualmente, tiene 12 años. Esto más me incentivo a conocerla y compartir con ella, a conocer tal “milagro”.
Alana termino su sesión con psicopedagoga y era mi turno, pero Alana por más de 15 minutos solo me repetía que no quería y que debía irse. Que frustrante era no poder llevarla al lugar donde debía, fueron los 15 minutos más largos, no quería obligarla, no sabía como hacerlo ¿Y si en realidad, simplemente no quería? En eso, su madre apareció y me dijo con un tono bastante particular “ eso de que Alana se va, es un juego”. Comprendí que solo me manipulaba y me puse firme, le indique para donde debíamos ir y caminé, ni cuenta me di como ella me siguió hasta el lugar donde debíamos jugar. Le enseñe la cartelera y fuimos realizando las actividades, noté que no podían ser muy largas que su atención no duraba mucho, pero solo lo noté cuando sentí una frustración muy familiar, la misma que siento cuando el Sebita, mi hermano, no hace lo que uno le pide. Ahí recordé una vez que tuve horas entretenido a mi pequeño hermano, pero con muchas actividades que mantuvieran su atención ocupada y fija ahí, así que hice lo mismo y recordé algunas otras cosas que sus profesoras nos han enseñado o que yo leído por ahí.. Así pudimos terminar todo lo propuesto en un principio. Cuando Alana se fue me dijo “ Alana esta triste, esta triste porque debe dejar su nueva amiga” me dio un abrazo, y se fue.  Con Alana, me di cuenta de que realmente me gusta mucho trabajar con niños, más aún tan especiales como los que te encuentras en Equus. Me agrada la idea de despertar a la niña que tengo dentro e invitarla a jugar. Me agrada ir a ese lugar y olvidarme un poco de la rutina, de los deberes, de empaparme de la inocencia de ellos, de no recordar el sistema tan alienante en el que nos encontramos.
No han sido tantos días lo que llevo en Equus, pero creo que he aprendido tanto, he aprendido como futura psicóloga, pero creo que mucho más como persona, conociendo otra parte del mundo, conociendo otra parte de mi.


martes, 2 de octubre de 2012


Narrativa Personal Nº1:

Hoy tuvimos un control, debíamos ver una película,  “Lolita”. El profesor nos pidió que escribiéramos acerca de la contratransferencia que nos provocaba la niña y el hombre de la película. Me dio “lata” saber que de eso se trataba el control, no supe que escribir. Me dio la misma “lata” de cuando veía la película. Me dio lata, porque no sabia que escribir y me acorde de esta narrativa que hace semanas debía hacer, (y es que debo agregar en esta parte, que si hay algo para lo que soy experta, es para evitar hacer las cosas, evitativa por excelencia) me acorde porque la causa de no saber que escribir se debía a que realmente no sabía que sentía con la película, no lograba distinguir con certeza que emoción me provocaba la trama, y mucho menos podía plasmarlo en un papel. Finalmente escribí sobre esto mismo, le explique al profesor, que no podía hablar sobre contratransferencia porque tenia dificultades para identificar y trabajar con mis emociones, y le conté sobre esto, que había hablado con un profesor para trabajar ese tema hace un par de semanas…
Tengo una dificultad para identificar mis emociones y manejarlas, pero no se realmente desde hace cuanto es así. Desde que tengo memoria (que en realidad no es mucha, no tengo muy buena memoria biográfica que digamos…) me considero una persona sensible, me afectan mucho las cosas y con facilidad lloro, desde pequeña soy así. Ahora que lo pienso talvez las lagrimas eran (o son) mi manera de sacar la emoción al mundo, fueran de alegría o tristeza. Siempre fui así, hasta hace unos años donde pasaron ciertos acontecimientos en mi vida, personas importantes, amistades muy cercanas y mi pareja en ese entonces, me desilusionaron, no actuaron bien conmigo, por decirlo de algún modo… me hicieron mucho daño, y mi manera de soportar todo eso fue alejándome de los afectos por completo, y es que ahora que lo pienso bien, debo haber estado sin llorar, sin soltar ni una sola lagrima por más de un año, sin entablar una relación de amistad genuina por aun más tiempo.. y una relación de pareja… aun no logro establecerla. Desde ese entonces ya van unos 5 años, si no me equivoco. Las cosas que ocurrieron en ese entonces me incentivaron a tomar finalmente la decisión de estudiar Psicología, y es que necesitaba comprender el porque toda esa gente tan importante en mi vida, y a la que tanto había querido, se había comportado de esa manera conmigo. A medida que fui aprendiendo en la carrera, conociendo esta disciplina también fui entendiéndolos, sin embargo esto empezó a quedar en segundo plano ya que al mismo tiempo me fui conociendo yo,  fui descubriendo aspectos de mi, de cómo había reaccionado frente a todas esas cosas y como ciertas reacciones si bien me sirvieron para adaptarme a esa situación, con el tiempo no han sido muy.. productivas o sanas, por decirlo de alguna forma. Me fui dando cuenta de como estaba tan desconectada de lo emocional, como mi vida giraba entorno a racionalizar todo. Como evitaba afrontar esas situaciones que me hacían recordar, o que me exponían a la posibilidad de que algo así pudiese volver a ocurrir. Me di cuenta del gran miedo con el que había quedado después de todo eso, y como esto me estancaba.
Al darme cuenta de todo esto intente ir identificando en mi diario vivir estas situaciones, los patrones de comportamiento que iba repitiendo una y otra vez, trate de quitar los que me hacían daño, con algunos lo logré, con otros aun trabajo. Pero en el tema emocional, creo que mi gran logró fue conectarme de nuevo, lograr sentir… arriesgarme a sentir de nuevo. Creo que volví a ser la de antes, en el sentido de que ya sea por alegría o tristeza, las lagrimas vuelven aflorar cuando siento que algo conecta dentro, como cuando era pequeña, como hace años antes de todo lo que ocurrió. Me conecte de nuevo con lo emocional, el tema es que no se identificar bien que es lo que siento y mucho menos como manejarlo, tiendo a evitar esto o simplemente a guardármelo. No recuerdo si desde antes, desde pequeña ha sido así, o es consecuencia de estar tanto tiempo desconectada de lo que siento. Como consecuencia de esto (creo yo, no se si realmente esta sea la causa…) sufro de mucha ansiedad, al punto de caer en insomnio, de descompensarme y a ratos sentir que puedo perder el control; de crisis de angustia, un dolor que atraviesa mi pecho y no puedo moverme por un rato. Todo esto por temporadas, cuando cierto eventos provocan que la ansiedad aumente, hace unas cuantas semanas estuve así y para disminuirla empecé hacer ejercicio, a cuidar las cosas que comía que pudiesen incrementar la ansiedad, a tomar unas pastillas de melissa que mi mama me compraba, a pintar… y en algo me ayudo, al menos a disminuirla. Tengo claro que todo lo que hice me ayuda a estar bien momentáneamente, el síntoma se enmascara pero finalmente el origen de esto sigue igual. 

Este ultimo tiempo ha sido tan común escuchar a la gente comentar sobre mi apariencia, sobre la manera en que me visto, me arreglo o que se yo.. me encasillan en un estereotipo al que no quiero pertenecer. Cuando analizo esto (dificil no hacerlo), la manera en que me veo, me dedico a recordar como lucia hace un año, hace 2, hace unos cuantos..  y solo veo cambios radicales en mi pelo, mi forma de vestir, de arreglarme.. cambios, diferentes yo; porque en el fondo eso siento que son, facetas de mi, completamente diferentes, pero no por eso menos yo. Creo que hoy, soy mas yo misma, que las veces anteriores. Hoy no me arreglo por los demás, hoy no me desarreglo para aparentar que me da lo mismo, me arreglo por que me hace sentir bien, por que me agrada lo que veo en el espejo, por regalonearme, quererme como por mucho tiempo no lo hice.

Hoy pensaba, es tan facil caer en criticar al otro por tantas cosas, por ejemplo por como se viste. Pase por una etapa media hippienta, donde solo usaba ropa ancha, no me arreglaba, andaba muy relajada es verdad. Siento que en ese momento, reflejaba esa parte de mi poco organizada, relajada, dispersa, que le gusta que todo fluya,como debe ser; pero hoy tambien asumo que refleja de alguna forma esa inseguridad que no me dejaba pararme frente a un espejo para arreglarme, sentirme linda y enfrentar al mundo.

Hoy, en una de esas tantos enrredos de pensamientos me pregunte, quien es más superficial? aquel que se viste relajado, "hippie", dandole poco o nada de importancia al aspecto fisico y que de alguna u otra forma critica al que esta a la "moda", se arregla y alcanza esos estereotipos sociales y tan llamados superficiales? He conocido "hippies" criticando a "lais" superficiales, siendo que criticando se vuelven aun más superficiales.

Mientras nos sigamos comparando con el de al lado, criticando "constructivamente", la superficialidad es algo en lo que todos, sin importar aspectos, siempre caemos.