'Mi abuela fue una persona maravillosa: me enseño a jugar "Monopoly". Ella entendía que el chiste del juego es adquirir; acumulaba todo lo que podía y eventualmente se convertía en la "ama del tablero". Y entonces me miraba y decía: "algún día, aprenderás a jugar".

Un verano jugué "Monopoly" todos los días todo el día hasta que aprendía dominar el juego; comprendí que la única manera de ganar es teniendo plena dedicación en adquirir cosas. Entendí que el dinero y las posesiones eran la clave para seguir ganando.
Al final de ese verano ya era más despiadado que mi abuela, de tener que hacerlo estaba dispuesto a torcer las reglas del juego con tal de ganarle. Ese mismo otoño me senté a jugar con ella.
Tomé todo lo que tenía; la vi entregar su último dolar y retirarse totalmente derrotada. Entonces tuvo algo más que enseñarme.
Me dijo: "ahora todo eso vuelve a la caja... todas esas casas y hoteles, todos los ferrocarriles y empresas de servicio público, toda esa propiedad y ese maravilloso dinero , todo eso vuelve a la caja... nada de esto era realmente tuyo.... te entusiasmaste mucho por un tiempo pero ya estaba aquí mucho antes de que te sentaras a jugar y seguirá acá después de que te hayas ido... los jugadores van y vienen...casas y automóviles, títulos y ropas, incluso tu cuerpo"
Porque lo que es un hecho es que todo lo que agarre, acumule y consuma irá a parar nuevamente a la caja y lo perderé.
Así que debes de preguntarte, cuando finalmente consigas el ascenso definitivo, cuando hayas hecho la adquisición definitiva, cuando compres la vivienda definitiva, cuando tengas suficiente seguridad financiera, cuando hayas subido la escalera del éxito hasta el escalón más alto que podrías alcanzar y la emoción desaparezca (y desaparecerá): ¿Entonces qué? ¿Cuánto más tienes que caminar ese camino antes de que veas a dónde conduce?
Seguramente entiendes que nunca será suficiente así que debes hacerte una última pregunta: ¿Qué es lo que importa?'


Back in the Box; Discurso de John Ortberg.
Zeitgeist: Moving Forward