Resplandor de una tarde ~
Cada tarde me sentaba en aquella banca de la plaza a contemplar la gente pasar, podría casi asegurar que tan solo una persona de las cientos que pasaron esa tarde se percataron de mi presencia, solo aquel niño fue capaz de notar como mis ojos cristalinos y entreabiertos analizaban cada uno de sus movimientos, los de él y los de cada persona que inmersa en su vida transitaba a escasos metros de mi. Cierta comunicación inexplicable surgió entre los dos, por algunos fugaces segundos. Él entre tanta inocencia, entendió lo que con tantas ansias quise decir, aquella sonrisa lo delató.